viernes, 16 de julio de 2010

Cambio de hábitos

Dicen que la pasión es una ruina y que se termina cuando el vendaval de la cotidianidad lo arrasa, Fabiana tenía una de esas vidas tranquilas, construida en el día a día, hasta que lo conoció a Fernando y las cosas cambiaron para siempre.

Derrumbo los muros de su noviazgo de nueve años y decidió pasar a la clandestinidad, sí, a las sombras, porque él es casado y padre de familia, pero ella confía en que todo cambie.

“Nos conocimos en un viaje del trabajo hace algún tiempo atrás”, cuenta la joven que se animó a develar sus vivencias a radiohistoriasdeamor@gmail.com y no precisa fechas, durante su relato se nota un dejo sufrimiento.

En aquel viaje a Gobernador Virasoro, ambos protagonistas de esta historia compartieron asientos, uno al lado del otro, las cuatro horas que separan nuestra capital de la localidad hicieron que la charla bandeara desde miradas insidiosas, chistes cargados en doble sentido y libido a flor de piel, en especial del lado de Fernando.

“Yo no le di mucha bola en un comienzo, era un compañero más de trabajo pero la verdad que me miraba de una forma muy especial, enseguida me di cuenta que yo le gustaba y la verdad que había algo en él que también me atraía”, dice Fabiana.

No tuvo que esperar mucho tiempo para darse cuenta que era del agrado de su compañero laboral, “entre risas y chistes el me dijo que yo le gustaba pero yo lo frené al toque”, afirma la chica que en ese momento utilizó la diferencia de edad como excusa para sortear el cortejo de su compañero.

No era para menos, así lo expone: “Tiene casi veinte años de diferencia, en realidad unos 17 más que yo y a pesar de que el tiene la vida hecha y yo no, confío en que todo cambie”.

Fabiana dio un vuelco en su existencia, se separó de su novio de nueve años y convivencia incluida, para irse a alquilar un departamento donde mantiene furtivos encuentros con Fernando.

“Hace seis meses que estamos juntos y nos pasó de todo, muchas adversidades”, cuenta sin dar detalles que son imaginables en una relación oculta; mentiras, falsedad de lugares donde estuvieron ambos y escondites permanentes.

Fabiana reconoce que se lanzó a la mar y que está dispuesta a enfrentar las peores mareas y lo explica: “Me siento protegida y amada por él y sé las limitaciones que tenemos pero mantengo las esperanzas que en un futuro podamos estar juntos para siempre, sien escondernos”.

Afirma que el anhelo radica en Fernando que “alimenta” todos los días esas expectativas y nuestra protagonista abre el interrogante, “el tiempo dirá”.-

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