sábado, 29 de mayo de 2010

El amor existe y está en la Net

Cristina conoció a Pablo por medio de un foro muy popular, al menos hasta hace algunos añas atrás dicho lugar de encuentros virtuales generaba estragos y tenía muchos usuarios.

Chat Chaco-Corrientes, se llamaba donde chicos y chicas, incluyendo algunos del mismo sexo y con hormonas efervescentes, se internaban en las profundidades de las calles virtuales e indagaban sobre gustos y vida de sus prójimos.

Así las cosas, a Cristina le llamo la atención el nick de Pablo, “psicópata”, un joven metalero de ley que andaba por la vida escuchando cosas de Pantera Negra, Metálica y Sepultura, ataviado con ropa negra y desdichado con la existencia humana, por su propia condición de muchacho metálico pero además porque llevaba una herida de amor.

Nuestra protagonista bajo el seudónimo de su nick, “dulzura guión bajo corrientes”, logró llamar la atención de Pablo que apostado en un cyber, se acomodó los mechones largos de cabello un poco secos por la falta de buen trato, como lo ordena la condición de metalero, inicio una charla con Cristina que enseguida cautivó a los dos protagonistas.

Del foro interprovincial rápidamente pasaron al Chat privado de ambos, allí las cosas cada vez se ponían más de punta, en sentido literal y figurado, sin embargo Cristina mantenía en el más recóndito de los secretos su identidad, sobre todo la física ya que Pablo quería conocerla de cuerpo completo al cabo de un mes de largas conversaciones virtuales.

“El me contaba que se estaba recuperando de su ex novia, que la quería y hacia muchas cosas por ella, pero que lo abandono por otro. Pasaron unos días y me confesó que yo le gustaba y a mí también el me atraía; lo empecé a querer mucho y el siempre decía que no me quería lastimar y que teníamos que ir despacio y le conteste que no había problema y que siguiéramos en contacto por Chat”, cuenta Cris en el e- mail enviado a radiohistoriasdeamor@gmail.com.

Pero la muchacha en cuestión mantenía sus reservas, llena de miedo temiendo no colmar las expectativas de su cortejante, a pesar de todas esas cuestiones las conversaciones seguían a lo largo de noches y días, las horas pasaban volando cuando Cristina y Pablo se entregaban al amor con máquinas de por medio.

Al cabo de un mes de haberse conocido, finalmente Pablo logró citarla a Cristina en Corrientes, un lugar típico de enamorados donde el corazón más reacio puede ablandarse contemplando las mansas aguas del Río Paraná y allí se puede decir que empezó la historia de nuestros protagonistas.

“El me quería conocer en persona y le decía que no podía, siempre le daba excusas con mi trabajo que no podía pero tanto insistió que el 1º de octubre, un día domingo de 2007, me invito a tomar mate en la costanera a las seis de la tarde y le di la oportunidad. Tenía medio de no ser de su agrado, cuando llegue el me estaba esperando, nos presentamos y comenzamos a charlar y conocernos más. No lo podía creer, teníamos muchas cosas en común tanto en la música, en lo que pensamos y en las experiencias de vida que tuvimos en el pasado, tanto charlamos que tomamos unos cuatro termos de mate, había mucha química”, así relata Cristina el inicio de la relación


Pablo luego inició la rutina del noviazgo yéndola a buscar al trabajo, acompañándola a la casa y llevándole regalos, siempre le decía que el también tenía miedo de lastimarla o bien de salir él en esas condiciones ya que fue abandonado por una novia anterior a Cristina, pero los temores quedaron de lado aquella tarde primaveral y desde entonces están juntos, viven bajo el mismo techo.

Esta historia tiene final feliz comiendo perdices. Bien por ellos.-

P/D: Tras escuchar la historia en la radio (Total FM 104,1 sólo los viernes pasadas las 11:30), Pablo aclaró dos cosas: un día antes de conocerla a Cristina se cortó el cabello y actualmente sigue siendo “metalero”.-